Arte, Talent to Watch

El arte en el tiempo del Corona

April 26, 2020

Gabriela Gil, Nueva York, 19 de abril, 2020

Todos estamos juntos, y a la misma vez separados. Estos son tiempos interesantes, son tiempos sin precedentes para mi generación, y son tiempos que probablemente nunca vamos a olvidar. 

Como artista, me siento afortunada de poder recurrir a mi arte para procesar el sinfín de pensamientos y emociones que corren a flor de piel. Pero a la misma vez estoy consciente de que el arte que está naciendo de estos días de cuarentena lleva consigo un valor más allá de lo estético. Porque tal como los humanos pintaron su vida cotidiana en cuevas remotas siglos atrás, hoy, nosotros los artistas estamos documentando un momento importante en nuestra historia como humanos, y como sociedad.

Cervidos pintados en cuevas de Lascaux de Francia. Colección pública de Wellcome Collection

El tiempo dirá cuales son los enfoques principales, o las narrativas que reflejarán el arte de este momento. Pero me atrevo a predecir a base de las conversaciones que se están dando que entre esas historias vamos a ver perspectivas acerca de la higiene y sanidad, de espacios virtuales así como también de espacios personales, de la importancia de la vida humana y la comunión, y del medio ambiente. 

En mi práctica personal, la razón principal por la cual quiero traer mis ideas al plano visual es porque quiero catalizar una conexión con el momento presente a través de mi arte. Cuando dejo que mi cuerpo guíe el trazo que marco a lo largo de una superficie de 6 pies, o masajeo un color para que impregne la tela cruda – estoy presente. Estoy conectada con el material, con el color, con el movimiento, con el momento, y con la emoción. Y es a través de este mundo vasto de colores y figuras irreconocibles que quiero cautivar el corazón, antes que a la mente.

Gabriela Gil junto a “Noche de Ronda,” 2019, 182.88 x 121.92 cm (72 x 48 pulgadas), Acrilico en lino. Fotografiada por Rey Santiago.

En estos días de cuarentena, mi práctica ha sido prolífica, y noto que mis colores siguen tan vibrantes como siempre, sino es que más. Quizás sea un reflejo de mi actitud de optimista sin remedio, o quizás sea un método subconsciente para compensar por la estimulación visual que normalmente tendría en este momento si pudiera salir de mi taller libremente. Después de todo, es la primavera en Nueva York, mi estación del año preferida, cuando los árboles se adornan de flores rosadas, y tulipanes de todos los colores se abren por doquier.

Gabriela Gil, “Spring Air” (“Aire de Primavera”), 2020,” 96.52 x 118.11 cm (38 x 46.5 pulgadas), Acrílico y óleo en lona. 

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